El material es tan simple que esta vez no he puesto ni foto. (Si soy sincera la verdad es que no me acordé).
Necesitáis una cartulina azul (por eso de que el cielo es azul y esas cosas), papel de seda o pinocho color marrón) y pintura blanca que puedan marranear. La mía es una especial de dedos que queda como en relieve una vez seca, pero podéis emplear cualquiera.
El primer paso es hacer trozos largo de papel marrón e ir enrollándolos para formar nuestros troncos y ramas. Una vez enrollados solo tienen que pegarlos con pegamento de barra donde prefieran. No tiene ninguna dificultad, mis hijos pudieron hacerlo fácilmente sin ayuda. Yo solo era la parte estética que les iba asesorando (sin demasiado éxito) dónde podían pegarlos para que quedara más bonito.
Después de dejarlo secar un poco (no demasiado, el pegamento de barra seca rápido) nos dispusimos a hacer lo más divertido...poner los copos de nieve. Para ello nos enguarrinamos de pintura blanca y vamos dejando huellas de nuestros dedos por donde queramos que haya nevado: En el cielo, en las ramas, en el suelo.
Los niños se lo pasaron bomba poniendo copos.
Y ya está, una vez seco ya tenemos nuestro árbol de invierno listo para lucir.
todavia tengo pendiente hacer con los peques el pirmero, pero este mola tambien mucho... saludines
ResponderEliminarMuy bonito el DIY con los peques! Qué ganas de que mi pipiolillo crezca para hacer estas cosas con él :)
ResponderEliminarUna manualidad muy chula, me encanta. Como siempre gran trabajo.
ResponderEliminarUn beso guapa.
Fácil y divertido!!! Besos y feliz finde
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